martes, 8 de marzo de 2011

Un libro. Un tesoro.

Concluyó la vigésima Feria Internacional del Libro tuvo en Camaguey con una notable afluencia de público en las áreas del centro histórico de la ciudad.

Por Aymee Amargós

El tiempo hecho palabra se resume en un libro. Esa fuente inagotable de sabiduría encontró en la feria una razón para la presentación y venta de títulos junto al enriquecimiento del intercambio.
Durante el acontecimiento cultural se organizó en Camaguey un programa teórico, literario y artístico para el bienestar material y espiritual de la familia.

En el territorio se vendieron más de cien mil ejemplares. Junto a la venta y presentaciones de textos realizaron debates teóricos, homenajes y la inserción de otras manifestaciones como el cine o las artes plásticas.
En calles, parques y plazas del centro histórico se promocionó la literatura y sus géneros.
Según los organizadores en la integración estuvo la principal fortaleza con variedad de opciones para gustos, horarios y públicos

Acercarse a las culturas de los países del ALBA a través de la producción literaria fue abrir nuevos caminos hacia la indispensable integración de nuestros pueblos.

Hasta la ciudad llegaron el Premio Nacional de Ciencias Sociales Fernando Martínez Heredia y el Nacional de Literatura Jaime Sarusky, quienes recibieron homenajes y presentaron títulos de sus autorías.
Entre los libros más buscados en la feria estuvieron los infantiles, los de temas históricos y los títulos de cocina.

Mención especial para el pabellón infantil en la Plaza de las artes Nicolás Guillén constantemente abarrotado de niños encontrando tesoros en la magia de la lectura.


El programa de multimedia prestó servicios de lecturas en la red, biblioteca virtual con más de 300 títulos, noticias de la feria y visita a sitios culturales cubanos

Las propuestas literarias y artísticas confirman que la Feria de libro sigue siendo ese acontecimiento cultural que involucra a miles de personas.
Los libros multiplican y transmiten la voz en palabras para poder disfrutar del sano placer de leer.






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