jueves, 7 de abril de 2011
Círculos Infantiles. Medio Siglo de amor infinito
Con la satisfacción de orientar y educar a varias generaciones de niñas y niños, festejan su medio siglo los Círculos Infantiles. Instalaciones que les brindan atención a los pequeños y favorecen la integración plena de la mujer a la vida laboral y social del país
Por Aymee Amargós
Todos los días las niñas y los niños alborotan el ambiente, tejido para su felicidad. Son protagonistas de su propio cuento y a la vez autores de historias.
Tan creativos y espontáneos se adueñan de las fantasías en los círculos infantiles. Se visten de médicos, maestras, enfermeras. Y realizan funciones de barberos, peluqueras y otros oficios con equipos hechos a su tamaño.
Hallan el encanto durante cada jornada.
La infancia desborda la riqueza de su imaginación.
Cada momento de alegría infantil crece. Se reproduce en rostros y cuerpos felices.
Comparten un mundo de inocencia en ese lugar donde inician su vida en unión de las los amiguitos y las seños. Descubren el mundo que los rodea y se desarrollan física y mentalmente para el futuro.
Las educadoras entregan generosidad en esta obra de infinito amor .Les crean hábitos y habilidades, los enseñan a relacionarse y a desarrollar procesos cognoscitivos como la memoria y la imaginación.
Cada día les devuelve a los más pequeños el sortilegio de la felicidad, en un país que los ama y protege.
En estas instituciones las niñas y los niños crecen en medio de los mejores cuidados, son prioridades la atención pedagógica, médica y de alimentación.
En el Aniversario 50 de la creación de los Círculos Infantiles el mejor agradecimiento a Vilma Espín porque su obra estará siempre en la sonrisa de los pequeños que con el sol, salen cada mañana a su segundo hogar y su primera gran escuela, donde reciben una formación integral diseñada para los primeros pasos de la vida y luego para el crecimiento humano futuro.
Medio siglo cumplen los círculos infantiles donde las sonrisas de los más pequeños endulzan la cotidianidad de educadoras y auxiliares pedagógicas.
En ese inmenso castillo habitan pequeños príncipes a quienes se les dedica cariño y sensibilidad infinita.
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