Por. Aymee Amargós
Cada día es perfecto para hacer saber al mundo que amas a alguien, quizás ese alguien necesita saberlo. Abrir el corazón y que vuele, para que se haga inmenso y eterno el amor.
músculo del alma, que paralelamente a la espontaneidad necesita del juicio y de la creación para alentarlo y salvarlo.
La vida marcha con tanta prisa que algunos ignoran que en las esquinas tienen cruce preferencial los sentimientos, que hay que aprender a dar y recibir y a veces tan sólo ofrecer.
Vale quien mantenga el sustento del florero, escriba poemas, conserve los detalles cotidianos, recuerde que las manos sirven para entrelazarse y que existen flechas que indican el camino.
La única regla inviolable es que el ser humano necesita del amor .Ese que ha servido de musa para canciones antológicas y nuevas.
Más allá de edades, épocas o circunstancias. A la moderna o a la antigua, el amor sigue siendo el Amor .Aprovecha entonces el paso de febrero y ama con toda la intensidad que te trae.
Cupido, Eros o San Valentín, cada cual lo nombra como quiere, pero no puede ocultar su presencia.
El anhelo virtuoso de la pareja, la frescura de la noche, el silencio del amanecer, la dulzura de la tarde o el ocaso en una puesta de sol. No hay requisitos para la llegada del amor.
Ese que ilumina, te hace llorar, embelesa, habla y llena.
No dejes que tu silencio apague tu felicidad .Entre minuto y minuto deja escapara desde lo más profundo de tu ser un “Te amo”.
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